Página 87 - CEER Publicación 2015

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el trayecto entre su domicilio y el trabajo. Esto agregó un costo importante
a la formalización del empleo doméstico dado que duplicó la tarifa de
aporte y contribución a la seguridad social En palabras simples, se hizo
bastante más caro formalizar a una trabajadora de servicios domésticos.
En el fondo, la nueva legislación de servicio doméstico entra en el mismo
callejón sin salida en que se encuentra la Ley de Contrato de Trabajo con
las pequeñas empresas. En su afán de igualar la condición de los
trabajadores de hogares y pequeñas empresas con la condición más
ventajosa que tienen los trabajadores de grandes empresas, termina
imponiendo un criterio por el cual quiénes pueden dar trabajo formal son
sólo los hogares de altos ingresos y las empresas financieramente más
robustas, pero, en paralelo, limita las posibilidades de creación de empleo
para un número grande de personas que necesita estos trabajos –aunque sea
en la informalidad– para poder vivir.
Así como hay 63 mil trabajadores informales en empresas pequeñas, hay
35 mil trabajadoras informales de servicios domésticos en hogares que en
su mayoría no van a poder cumplir con la nueva ley. Son aproximadamente
100 mil entrerrianos que están en la trampa de la informalidad como
consecuencia de la baja productividad y los bajos ingresos de sus dadores
de trabajo. Aquí se abre otro punto más para la agenda de políticas
laborales.
Los cuentapropistas
Siguiendo con el análisis de los datos que surgen de la encuesta permanente
de hogares realizada por el INDEC, los trabajadores por cuenta propia
constituyen una mezcla muy difusa de pequeños emprendedores,
trabajadores de iniciativa personal y trabajadores frustrados que al no poder
encontrar un buen empleo asalariado se deslizan a probar suerte por su
cuenta. Es difícil dar una connotación positiva o negativa al
cuentapropismo, porque hay un poco de todo en su interior. En principio,
los cuentapropistas en Entre Ríos son 83 mil, un número similar al de los
empleados públicos registrados (88 mil) y algo por debajo de los
asalariados privados registrados (114 mil). O sea, una porción relevante
dentro del mercado laboral de la provincia.
En su composición, 16 mil son profesionales, 68 mil son no profesionales y
unos 5 mil son familiares que ayudan a otro cuentapropista sin
remuneración (estos últimos son el hijo o la hija, el o la cónyuge, algún
pariente cercano que ante la falta de trabajo ocupa su tiempo “dando una
mano” al cuentapropista que es el sustento económico del hogar).