privados no registrados. Usualmente, la
tasa de empleo no registrado
se
mide como la proporción de empleados no registrados sobre los asalariados
privados, lo que arroja que en el sector privado en Entre Ríos esa tasa da
38%.
Mucho se habla de los trabajadores no registrados y se suele asociar este
tipo de inserción laboral con una acción “cuasi delictiva” por parte del
empleador. Suele creerse que quien no registra un trabajador lo hace con
una finalidad de explotación, para eludir cargas sociales, para desprotegerlo
o abonar salarios inferiores a los mínimos legales. No siempre estas
creencias coinciden con la realidad que muchas veces nos muestra también
que la no inscripción se termina fundando en el principio de conservación
de la empresa y consecuentemente de la fuente laboral (por más que
precaria, laboral al fin)
Las evidencias muestran que los trabajadores no registrados de Entre Ríos
trabajarían, en un 55% de los casos, en microempresas con menos de 5
trabajadores, otro 17% en empresas con entre 5 y 10 trabajadores y un
18% adicional trabajaría en empresas con entre 11 y 25 trabajadores. En
otras palabras, el 90% de los asalariados no registrados en el sector privado
son personas que trabajan en microempresas con menos de 25 trabajadores,
y donde la mayoría lo está en pequeños emprendimientos con menos de 5
trabajadores.
Estos son datos oficiales del INDEC, y, obviamente, que aproximados,
pero no son errados. Testimonian con claridad que el trabajo “en negro”
parecería ser una realidad impuesta a los pequeños empleadores que
conforman el amplio tejido social y productivo de Entre Ríos, que una
acción artera de explotación de los trabajadores. El factor desencadenante
de este elevado porcentaje de no registración está estrechamente ligado al
alto costo que significa tener un trabajador “en blanco”.
¿Cuánto cuesta tener un trabajador registrado? Es un tarea excesivamente
compleja, por los requisitos regulatorios y los trámites administrativos que
hay que cumplir, y excesivamente costosa en términos de dinero para un
pequeño empleador. En el régimen general, de cada $100 de salario de
bolsillo que un trabajador se lleva a su casa, el empleador debe pagar $50
de costo laboral, o sea, tener un trabajador “en blanco” significa pagar un
impuesto equivalente al 50% del salario de bolsillo del trabajador. Estos
impuestos y sus alícuotas sobre el salario están conformados por: ANSES
(11% trabajador, 16% empleador); PAMI (2% trabajador, 1% empleador);
obra social (3% trabajador, 6% empleador); Aseguradora de Riesgos del
Trabajo (ART) (3% empleador); esta carga corresponde a la seguridad
social y representa más del 42% del salario, a lo que hay que sumarle las
imposiciones obligatorias con destino a los sindicatos que estipulan los