Página 60 - CEER Publicación 2015

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las alícuotas. Así, mientras más larga sea la cadena de valor, mayor es la
carga impositiva. Por ejemplo, un bien que pase por tres fases de
industrialización y dos de comercio (mayorista y minorista) antes de llegar
al consumidor final, con una alícuota de 1,2% (Paraná), hace una carga
impositiva total de 7,4% y con una alícuota de entre 1,3% y 2,6%
(Concordia) hace una carga impositiva total de entre 6,7% a 13,7%.
Entonces, que la alícuota sea baja es engañoso porque es una alícuota que
se multiplica en el proceso productivo arrojando muy pesadas cargas
impositivas al consumo final.
También es dañina. Porque castiga a los bienes y servicios de mayores
eslabonamientos productivos dado que la carga impositiva se multiplica
con la cantidad de eslabones de la cadena de valor. De esta forma, se
entiende que el impuesto es muy distorsivo porque induce –no por motivos
de eficiencias sino por búsqueda de menor presión impositiva– a la
concentración vertical (una empresa realizando todo el proceso productivo)
pudiendo perjudicar: a) la eficiencia, al desalentar la división del trabajo y
la especialización; b) la promoción social, al inducir el desplazamiento de
las cadenas de valor de las microempresas y de los pequeños innovadores
independientes y emprendedores; y c) la capacidad exportadora, al
encarecer el precio final de los bienes.
El efecto cascada de las tasas municipales se potencia con el impuesto a los
ingresos brutos que cobra la provincia, que también es “en cascada”. Por
eso los productores y comerciantes entrerrianos se quejan cotidianamente
de la presión de ambos impuestos. Para la clase dirigente, y para los
ciudadanos, muchas veces aparece como un tanto “poco entendible” la
queja con estos dos impuestos dado que interpretan que las alícuotas no son
altas. Lo que pasa es que pierden de vista de que es una alícuota que se
multiplica. Considerando que un negocio, sin ventajas competitivas
importantes, puede llegar a tener una tasa de rentabilidad promedio del
15% - 20% de la facturación, si entre el impuesto a los ingresos brutos y las
tasas municipales se acumula una carga impositiva de entre 5% a 8% del
precio final, esto significa que se está afectando prácticamente un tercio de
la rentabilidad normal
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.
Puede argüirse de que la tasa es trasladable al consumidor final, por lo
tanto, no afectaría la rentabilidad. El argumento no es del todo correcto
porque el aumento de precio hace disminuir la venta, por lo tanto la
rentabilidad se resiente vía menor cantidad. Por otro lado, hay que tener
encuenta que muchas empresas venden su producto en otras provincias,
donde la tasa es menor, por lo tanto las empresas localizadas en Entre Ríos
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Que se suma a otro tercio que se lleva la presión impositiva de impuestos a las ganancias de
las sociedades del impuesto nacional.