Página 28 - CEER Publicación 2015

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34,1%. La explicación de por qué crece la presión impositiva es que la
recaudación crece más que la economía (esto último debido a la
desaceleración de la actividad económica) y además porque varios
parámetros de impuestos no se actualizan (como los del impuesto a las
ganancias o a los bienes personales) por lo cual con inflación aumentan
automáticamente su presión.
En el año 2014, en la participación de impuestos, resalta que los dos
impuestos que la teoría económica indica que serían el menos distorsivo
con la producción, el IVA
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, o que favorecen la distribución del ingreso, el
impuesto a las ganancias, tienen un peso minoritario en la recaudación
nacional. Sólo el 28% de la carga impositiva se obtiene del IVA y otro 20%
se obtiene del impuesto a las ganancias (11% impuesto a las empresas y 9%
a las personas físicas); el resto son en su mayoría impuestos distorsivos que
se aplican sobre algún factor de la producción (trabajo, capital o recursos
naturales) lo que induce a sesgos en la intensidad de uso de los recursos
humanos y los insumos, generando ineficiencias y derroches en el sector
productivo. Por ejemplo, el 27% de la presión impositiva nacional se extrae
de las cargas sociales, desalentando la generación de empleo formal cuando
una de las necesidades más acuciantes y prioritarias es –precisamente–
generar empleos formales con el fin de mejorar la distribución del ingreso.
El mismo razonamiento se aplica al impuesto al cheque el cual grava la
bancarización cuando hay necesidad de aumentar el financiamiento
bancario a la producción, o los impuestos a las exportaciones que gravan el
desarrollo de exportaciones con valor agregado, o los impuestos a las
importaciones que gravan la compra de maquinarias, repuestos e insumos
del extranjero afectando la productividad. En otras palabras, la mitad de la
presión impositiva nacional se extrae de impuestos distorsivos a la
producción y a la distribución del ingreso.
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