Página 27 - CEER Publicación 2015

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automáticamente, al ritmo de la inflación. En cambio, la base imponible del
impuesto inmobiliario y del automotor, es decir, los valores fiscales de los
bienes, se determinan por ordenanza, por lo cual, el proceso de
actualización de estos impuestos suelen ser antipopular y de mayor
dificultad de implementación.
En esta lógica, se produce un resultado perverso porque el impuesto
inmobiliario, que –en teoría– ayudaría a la política de distribución del
ingreso al establecer cierta proporcionalidad entre presión impositiva y
riqueza acumulada, se ve desplazado por el impuesto a los ingresos brutos,
que es más regresivo desde el punto de vista de la distribución del ingreso y
más distorsivo desde el punto de vista de los incentivos a la producción y a
la productividad
1
.
De todas formas, la carga tributaria del impuesto inmobiliario también debe
ser razonable, no sólo en el nivel de sus alícuotas sino fundamentalmente
en la valuación de los activos. Dado que el valor de los activos influye en la
determinación de otros impuestos nacionales (como el Impuesto a la
Ganancias Mínima Presunta y Bienes Personales), su sobreestimación
puede desembocar en otra distorsión, tan improductiva e inequitativa como
el impuesto a los ingresos brutos, al generar una carga fiscal
desproporcionada con el verdadero valor de los bienes de los ciudadanos.
La presión impositiva nacional y provincial
El concepto más relevante para la ciudadanía en el análisis de los
impuestos es el de
presión tributaria
. La presión tributaria se mide por el
cociente entre el total recaudado de impuestos y el ingreso de la
comunidad, medido a través del PBI. Es decir, hace referencia al ratio
Recaudación/PBI. Como la medida es la porción de ingresos que el Estado
se apropia vía impuestos, lo que está reflejando es el esfuerzo que hace la
sociedad para financiar al Estado.
Dado que a partir del 2013, el INDEC calcula con una nueva metodología
el PBI, recalculando la serie a partir del año 2004, para los años 2013 y
2014 hay que hacer una estimación del PBI medido con la vieja
metodología a fin de tener tendencias comparables con los datos históricos.
Por lo tanto, tomando la antigua metodología de medición del PBI, al año
2012 los impuestos nacionales sustraían el 31,7%
del Producto Bruto
Interno (PBI) en promedio para todo el país a fin de solventar el Estado. La
estimación para el 2014 arrojaría un porcentaje de aproximadamente
1
Perjudica la distribución del ingreso porque recae sobre los consumidores sin discriminar por
su nivel de ingreso, perjudica la producción porque impone un sobreprecio no productivo a los
bienes y servicios intermedios, y perjudica a la productividad, porque castiga la división del
trabajo al gravar con mayor intensidad las cadenas de valor más eslabonadas –con más cantidad
de etapas intermedias– que, por tal, son las más especializadas.