disposición su fuerza de trabajo, sus ahorros, su capital productivo y se
organizan para comerciar, producir bienes y brindar servicios generadores de
riqueza. Estos son los factores de la producción: la fuerza y la inteligencia de la
gente, sus ahorros y su capital.
El sector público, en cambio, debe cumplir un rol estratégico, que es,
posicionarse en la base para complementar al sector privado con regulaciones
correctas y brindando servicios públicos de alta calidad en temas claves como
educación, salud, justicia, seguridad e infraestructura. De aquí que las políticas
públicas para el desarrollo se identifican con: las políticas educativas y de
formación para la vida y el trabajo, las políticas financieras de canalización del
ahorro a fines productivos, las políticas de desarrollo de infraestructura, las
políticas tributarias provinciales y municipales, las acciones inductoras para
mejorar las políticas tributarias nacionales y las políticas regulatorias tendientes
a generar facilidad y seguridad en los negocios.
En todo caso, el punto de partida para implementar estas políticas estructurales
de desarrollo es que el sector público sea profesional
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, fiscalmente equilibrado y
responsable en el manejo de la deuda pública. Esto sería un Estado de calidad,
que es condición
sine qua non
para que el Estado sea motor de desarrollo.
Cómo lograr un sector público de calidad
El análisis desarrollado permitió detectar que el sector público provincial cuenta
con una importante cantidad de empleados y los municipios con una cantidad
suficiente. Es decir, el número de servidores públicos no debería ser un
problema a la hora de gestionar el Estado. Se advierte que hay más problema de
distribución que de disponibilidad de recursos humanos en el sector público
provincial y municipal. Además, una porción importante tiene buenos niveles de
educación, incluyendo graduados universitarios. Lo que se requiere, entonces,
para aprovechar este potencial son estatutos de empleados públicos modernos
que fijen reglas de trabajo donde se exija responsabilidad, cumplimiento de
objetivos y sistemas de control de ausentismo, licencias, productividad y
resultados. Las mejores prácticas internacionales en profesionalización del
sector público indican que para el alto desempeño de los empleados públicos es
fundamental el diseño de reglas de remuneraciones atadas a la consecución de
resultados y a las buenas conductas monitoreadas.
También se debe garantizar el equilibrio fiscal de largo plazo, que desde el
Consejo Empresario de Entre Ríos siempre se ha pregonado. Pero no
aumentando los impuestos (ya que la carga impositiva es exageradamente
elevada), sino mediante una mejor distribución de la coparticipación federal de
impuestos y el mejor uso del gasto público provincial y municipal.
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Esto no implica que todos los empleados deban ser graduados universitarios sino que los empleados
públicos en todos los roles y niveles de formación deben capacitarse de manera permanente y
desarrollar su trabajo responsablemente, con el máximo tesón y rindiendo cuentas de sus actos.