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C
APITULO
III
F
INANZAS
P
ÚBLICAS
M
UNICIPALES
Si el Estado tiene que estar cerca de la gente, el nivel del Estado que tiene
la oportunidad de hacerlo es, sin dudas, el municipio. Él, es el encargado de
la organización urbana, de que las calles y las veredas estén limpias y
transitables, de que las plazas, parques y espacios verdes estén cuidados y
florecientes, de que se prevean las consecuencias de los desastres naturales,
de que la ciudad esté libre de contaminación ambiental, que haya espacios
y actividades culturales, deportivas y de entretenimientos, que las personas
en situación de extrema pobreza tengan asistencia para acceder a los bienes
básicos indispensables, y que los empresarios, comerciantes y
emprendedores tengan bienes públicos e infraestructura para invertir y
prosperar. En fin, que la ciudad sea linda, prolija y un espacio pacífico,
agradable y promotor del progreso material y el buen vivir. De esto es
responsable el municipio.
Ciertamente que no todo lo relacionado directamente a la calidad de vida
está en manos del municipio. Hay servicios sociales importantes en la
órbita del Estado provincial, como la educación y la salud pública, la
seguridad (policía y justicia) y la infraestructura de mayor envergadura. No
por ello el municipio deja de tener amplios espacios de acción y
responsabilidad en la correcta gestión de estos servicios porque es el
municipio el que debe demandar y coordinar con las autoridades
provinciales su provisión, preocuparse para que su calidad sea la apropiada
y la satisfacción de los ciudadanos sea alcanzada, y, obviamente, reclamar
y encargarse de mejorarlos cuando surjan fallas en su producción. No
porque algunos servicios estén en al órbita provincial, la municipalidad
deja de ser artífice de un municipio saludable; por el contrario, de su éxito
en articular con el Estado provincial depende la prosperidad y la igualación
de oportunidades del lugar.
Es por esto que, aunque la municipalidad sea el nivel de gobierno que
menos recursos maneja
1
, la calidad de su gestión tiene muy elevada
relevancia para el ciudadano común. Es más, hasta es el nivel de gobierno
donde la gente más directa y efectivamente puede incidir, por tener
contacto directo –y hasta de vecino o amigo– con la autoridad municipal.
Es donde más intensamente el ciudadano ejerce la democracia.
De aquí la importancia también estratégica de la profesionalidad y la alta
capacidad de gestión, resolución de problemas, eficiencia y efectividad en
1
Según datos del Ministerio de Economía de la Nación, del total de gasto público de todo el
país, el 54% lo gestiona el nivel nacional, el 38% lo gestiona el nivel provincial y el 8% lo
gestionan los municipios. Tomando sólo el gasto público social, la tendencia no cambia: el 51%
lo gestiona el nivel nacional, 42% el nivel provincial y 7% los municipios.