Fuente: elaboración propia en base a EAHU (INDEC)
Los 18 años de edad es la edad límite para concluir la educación media con
éxito y a término. Por eso, si las jóvenes entre 19 y 24 años que ya tienen
hijos en su gran mayoría no terminaron la secundaria implica que por
diversos factores la maternidad temprana está muy asociada el abandono
temprano de la escuela. Puede ser prematuro derivar la conclusión de que
fue la maternidad la que provocó el abandono, ya que en muchos casos,
chicas que estaban a punto de abandonar o ya lo había hecho pueden entrar
en la maternidad. En cualquier caso, lo que se trata de reforzar es la alta
asociación entre maternidad temprana y bajos logros educativos.
Si estas jóvenes desean concluir los estudios secundarios ya deberán
hacerlo en una escuela de adultos. Ciertamente que estas escuelas son una
oportunidad. Pero no se debe perder de vista que la calidad de los
aprendizajes no es igual a los que se pueden obtener en la edad teórica con
el régimen regular.
¿Cuál es el problema que las madres no obtengan al menos el nivel básico
de educación, que se puede como la secundaria completa? Son básicamente
dos. El primero es que en una alto porcentaje, la calidad de la educación de
su hijo se resiente. La segunda es que tendrá problemas para insertarse
productivamente en el mercado laboral.
Yendo al primero de los factores, hay estudios con datos de Argentina
correspondientes al año 2009, realizados con datos de la evaluación
internacional PISA que ejecuta la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) –entidad que aglutina a los países
desarrollados– que muestran el impacto que tiene en el desarrollo escolar
de los chicos el haber tenido padres con bajos niveles de educación
(inferior a secundaria completa).
Entre los jóvenes de 15 años de edad de la Argentina se estima que el 31%
ya había repetido un curso en algún año de su vida escolar; de éstos jóvenes
con retraso, 9 puntos porcentuales provienen de hogares donde sus padres
terminaron la secundaria, los restantes 22 puntos porcentuales
corresponden a jóvenes que provienen de hogares donde al menos uno de
los padres, o ambos, no terminó la secundaria
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. En otras palabras, 2 de cada
3 adolescentes que repitieron alguna vez un grado tienen padres con bajos
nivel de educación. Estos datos ilustran cómo la maternidad con bajos
niveles de educación es un factor de riesgo de reproducción en los hijos de
los bajos logros educativos.