Página 107 - CEER Publicación 2015

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primer caso, se está ante el problema de la informalidad entendido por las
condiciones precarias de empleo, sin protección social y bajas
remuneraciones que se presenta en tres modalidades. Una modalidad es el
empleo asalariado no registrado que alcanza a más de un tercio del empleo
asalariado privado, luego viene el empleo de servicio doméstico que es
eminentemente no registrado y el cuentapropismo donde no se tiene datos
de no registración pero se sabe que la gran mayoría son no profesionales o
familiares sin salario. Aquí también hacen falta cambios en la legislación
laboral y de los impuestos al trabajo porque las evidencias muestran que los
casos de no registración no responden, en su mayoría, a situación de
evasión intencionada sino a trabajadores de muy baja productividad que,
por tal razón, se les hace imposible poder cumplir con los mandatos de la
legislación laboral e impositiva en virtud de que el cumplimiento requiere
trámites administrativos muy complejos y el pago de impuestos elevados.
El otro grupo de ocupados que presenta inconvenientes son los empleados
públicos. Si bien no sufren las condiciones de precariedad y bajas
remuneraciones de los informales (por el contrario, son los mejores
pagados del mercado laboral), su problema es la falta de sustentabilidad.
Actualmente se estima que hay casi tantos empleados públicos que
empleados asalariados registrados en el sector privado. Esto es crítico
porque significa que hay casi tanta gente que vive de un empleo del Estado
como gente que contribuye a su sostenimiento. Aquí también hacen falta
reformas legales, pero de diferente tonalidad a las que se necesitan para
aumentar los niveles de empleo y de formalidad. Para mejorar la calidad y
hacer sustentable el empleo público hay que revisar el estatuto de los
empleados públicos.
Finalmente está el problema de la formación de las nuevas generaciones
para el mercado de trabajo. Aquí hay una ardua tarea que va desde repensar
la escuela secundaria, incorporando elementos de educación para el trabajo
en los contenidos curriculares, hasta modificar los incentivos de los
docentes para inducir presentismo, responsabilidad, formación permanente
y buenos resultados.
Los lineamientos para todas estas reformas necesarias se presentarán en el
capitulo de las propuestas de política.